La bebé Ashlyn murió tras 15 días de golpes, van 12 infanticidios este año

La niña de un año y nueve meses murió tras sufrir dos semanas de tortura. El padrastro, que cuidaba a la pequeña y tenía antecedentes penales, está detenido, acusado de infanticidio. La madre es investigada.

La bebé Ashlyn murió tras 15 días de golpes, van 12 infanticidios este año
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Durante 15 días, la bebé Ashlyn fue víctima de golpes que le dejaron hematomas y moretones en la cabeza,  el rostro, la espalda y el cuello. Finalmente, una  patada reventó su pequeño hígado causándole una hemorragia interna que acabó con su vida. Tenía tan solo un año y nueve meses cuando su padrastro, quien debía cuidarla, le dio “una paliza” mortal en un cuarto en alquiler de la zona Sur de Cochabamba.

“En los 15 días que convivió con su nueva pareja, la madre de Ashlyn empezó a encontrar moretones en el cuerpo de su hijita, pero él (el padrastro) le indicaba que la niña se caía, no se daba cuenta que la golpeaba. El desalmado estranguló a la bebé, pero lo que acabó con su vida  fue una hemorragia interna abdominal porque le destrozó el hígado con una patada. Se encontraron también coágulos en el cráneo, en la cara y marcas en su cuello”, informó a Página Siete Fátima Terrazas, representante del colectivo Mujeres de Fuego.

La muerte de la bebé Ashlyn  indignó a la población y  elevó a 12 el número de víctimas de infanticidio  en lo que va del año. En sólo tres meses, en La Paz se registraron cuatro asesinatos de niños y niñas,  en Santa Cruz dos,  en Potosí dos, en Tarija uno y en Cochabamba dos.

El año pasado 46 niños y niñas fueron asesinados por sus padres o familiares más cercanos, quienes tenían la obligación y responsabilidad de cuidarlos y protegerlos. De esos 46 infanticidios, solo nueve casos concluyeron con una sentencia o extinción por la muerte de los autores, de acuerdo a datos de la Fundación Voces Libres.

Violento y desalmado

Cerca de las ocho de la mañana del 25 de marzo, el cuerpo sin vida de una bebé fue ingresado al centro de salud de Cerro Verde, al sur de la ciudad de Cochabamba. La madre y el padrastro José A. M. argumentaron que la niña se había caído de una fuente de un metro de alto.

Sin embargo, tras el examen físico a la menor, los médicos identificaron lesiones de data antigua, por lo que dieron parte del caso a la Defensoría de la Niñez y a la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia. La madre y su pareja fueron detenidos como sospechosos del asesina de Ashlyn, que aún no había cumplido los dos años.

Tras las indagaciones, la Policía y la Fiscalía hallaron contradicciones en las declaraciones del padrastro. Pronto él fue considerado como el principal sospechoso de la muerte de la pequeña y apuntaron a la madre como  cómplice.

El colectivo Mujeres de Fuego se contactó con los familiares de la pequeña víctima y del padrastro. A partir de esas declaraciones se evidenció la serie de maltratos a los que fue sometida la bebé en manos de su cuidador. Se descubrieron también los antecedentes de violencia que tenía el hombre no solo con su hijastra, sino también contra su propia familia.

“Cuando la fui a ver, la bebé tenía la cara toda morete, su ojito estaba tapado. Tenía miedo de él. El chico era violento. No vivía mucho tiempo con mi hermana, recién se habían juntado, no era su papá, era su padrastro”, relató entre lágrimas la tía de la menor durante el velorio Ashlyn en Cerro Verde, el pasado lunes 28 de marzo.

“A su propia mamá casi la mata a golpes y a una de sus hermanas la golpeó con una piedra y hasta ahora no se puede recuperar. Eso nos han contado los familiares de José A. M., quienes están dispuestos a dar todo el apoyo para que le den la pena máxima de 30 años”, reveló Terrazas.

El comportamiento violento del padrastro era recurrente. Además tiene antecedentes penales que serán presentados a la Fiscalía para  que formen parte de las investigaciones.

Señales de alerta

La mamá de Ashlyn mantuvo una relación de  cinco meses con José A. M. antes de que decidiera llevarlo a su casa, donde estaba su pequeña. Desde los primeros días de convivencia, el cuerpo de la niña revelaba signos de violencia, pero su madre prefirió creer en los argumentos de su nueva pareja.

“Hace 15 días es que ella lo llevó a vivir a su cuarto. Ella indica (la madre) que su hijita empezó a aparecer con moretones en las piernitas y la espalda, pero le creyó a su pareja cuando le decía que la pequeña se caía. Esa no era la verdad. Él la fue golpeando desde el principio. Como enamoraron tan poco tiempo, no logró conocer su lado violento”, lamenta Terrazas.

En examen forense del Instituto de Investigaciones Forenses reveló que la bebé murió a causa de un shock hemorrágico, laceración hepática, traumatismo abdominal cerrado y politraumatismo. Pero también se hallaron  heridas antiguas, lo que les hace suponer a las autoridades que  Ashlyn fue “torturada” durante 15 días consecutivos.

“Pudo haber sido un puño, pudo haber utilizado un objeto, pero al parecer la bebé recibió una patada. Como era tan pequeña, de un año y nueve meses, no pudo soportar la fuerza de un hombre adulto de 25 años. Incluso le faltaban mechones de pelo, por lo que pudo haberla alzado, golpeado y dado la patada en el aire. Es que era muy pequeñita. Ese hombre no tuvo consideración, la golpeó como si fuera una adulta. En todo ese tiempo la sometió a una serie de torturas, pero la mató al destrozarle el hígado, le provocó una hemorragia interna”, informa la representante de Mujeres de Fuego.

A El Abra

Tras el asesinato de la niña, la Policía detuvo al padrastro como principal sospechoso del crimen y a su madre por encubrimiento y complicidad; sin embargo,   pocas horas después  la mujer fue liberada. Actualmente la Fiscalía investiga su participación y responsabilidad en el deceso de su hija porque no denunció a su pareja, pese a los  evidentes signos de violencia que observaba en el cuerpo de la niña. 

El 27 de marzo, tras la audiencia cautelar, el juez cuarto de Instrucción Penal de Cochabamba determinó la detención preventiva de José A. M., imputado por el delito de infanticidio. El acusado cumple su reclusión desde el lunes  en el penal de máxima seguridad El Abra.

“Los aspectos referidos establecen que con probabilidad el padrastro, que se quedaba al cuidado de la pequeña Ashlyn porque la madre trabajaba fuera de casa, sería el autor de la muerte de la bebé, quien asimismo ya la habría golpeado con anterioridad”, se lee en un comunicado del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba.

En la audiencia cautelar, el  abogado defensor del acusado, Julio César Montalvo,  trató de reforzar la versión de José A. M. de que la niña cayó de una altura de un metro. “No se logró desvirtuar el certificado médico forense que señala que la niña falleció por shock hipovolémico interno destruyéndole un órgano interno que es el hígado. Fue por una caída, porque es lo que dice mi defendido”, argumentó Montalvo.

No obstante los signos de violencia y las evidencias muestran que la muerte de Ashlyn no fue accidental.

Víctimas indefensas

La muerte de Ashlyn fue el segundo infanticidio registrado en Cochabamba este año. El primer caso sucedió el 28 de enero, cuando un niño de tres años murió por golpes propinados por su padre y su madrastra.  Tras torturarlo, le negaron atención médica y  cuando murió, lo enterraron clandestinamente en una comunidad del Norte de Potosí.

La Paz es el departamento que registra más infanticidio este año con cuatro casos. El primero  se registró en enero: una joven pareja fue enviada a prisión  acusada de la muerte de su hijo de  un año y nueve meses por un golpe en la cabeza. El menor presentaba “lesión de centro encefálico superior, laceración cerebral, fractura de bóveda y borde de cráneo por traumatismo cráneo encefálico cerrado”.

Ese  mes un hombre denunció la muerte de su nieta y acusó a su hija. La niña de cuatro años murió estrangulada, pero su madre aseguraba que habría fallecido por  una enfermedad. Durante el interrogatorio,  la mujer de 24 años confesó el crimen y fue sometida a un juicio abreviado. Fue sentenciada a 30 años de cárcel por infanticidio.

También a principios de año, en Santa Cruz conmocionó un infanticidio antecedido del feminicidio de la madre del niño. La noche del 15 de enero, un hombre de 28 años fue a la Policía para confesar que había asfixiado con sus manos a la que era su pareja y a su hijo hasta quitarles la vida. “Es vital que los casos avancen y haya sentencias”, recalcó Terrazas.

“Vivimos en una sociedad que anula a niños y niñas”
Nada justifica el infanticidio, dice Claudia Ponce de León, psicóloga especializada en tratar casos de violencia infantil. Y recalca que los niños son las víctimas más indefensas que precisan protección.

Apoyada en diversos estudios sobre el tema, la profesional identifica cinco perfiles clínicos del progenitor infanticida.

El filicida psicótico es aquel padre o madre que mata sin un motivo racional a sus hijos. Sus acciones pueden ser el producto de alucinaciones, manías o  delirios.

El filicida negligente recae en maltrato por descuido y puede ocasionar la muerte de un niño.  Mientras el perfil del filicida suicida se aplica a los padres que matan porque perciben que la muerte  del niño puede asociarse con su propia ideación suicida.

Hay otras dos tipologías que son consideradas criminales: el asesinato del hijo no deseado en cuando lo consideran un estorbo y, por último, el filicidio por venganza contra el cónyuge (también conocido como Síndrome de Medea) se aplica a los progenitores que matan a un menor secundariamente a un esfuerzo deliberado por hacer que el otro padre sufra.

“Una investigación indica que otros síntomas psiquiátricos pueden predisponer a las mujeres a tener una ideación y un comportamiento filicida. Un estudio observó que el 41% de las mujeres depresivas con hijos de menos de tres años de edad tenían pensamientos de dañarlos. Las mujeres con depresión psicótica mostraban más este tipo de pensamientos, y el 5% de las mujeres depresivas habían actuado con base en sus pensamientos al dañar a sus hijos”, advierte Ponce de León.

En cualquier caso, el infanticidio es evidencia de una sociedad en crisis.

“Vivimos en una lógica adultocéntrica que anula a los niños, mucho más si son  menores de cinco años. Crímenes  contra los pequeños revelan una gran crisis en los valores de toda la sociedad”, explica en una pasada entrevista  Griselda Sillerico, de la Defensoría del Pueblo.

Estranguló a la bebé, pero lo que acabó con su vida  fue una hemorragia interna abdominal por una patada

Fátima Terrazas, activista.

Cuando la fui a ver la bebé tenía la cara toda moreteada, su ojito estaba tapado por un golpe. Tenía miedo de él

Tía de Ashlyn.

El padrastro se quedaba al cuidado de la niña, pues la madre trabajaba y sería el autor de la muerte

TDJ Cochabamba

46
INFANTICIDIOS
se registraron en Bolivia en 2021;
de todos ellos solo nueve casos
concluyeron con una sentencia.